El limpiador lingual ayuda a completar la higiene bucal y su uso aporta múltiples beneficios en la
prevención de la halitosis y enfermedades de la cavidad oral.
El éxito radica en un correcto uso en el dorso
lingual, ya que la lengua es un importante reservorio para las bacterias que causan algunas de las patologías orales más habituales.
Tal vez la lengua sea uno de los órganos del aparato digestivo al que menos atención prestamos, a pesar de que la falta de higiene en ella puede provocar halitosis, infecciones, hongos u otro tipo de
enfermedades.
Con un limpiador específico para la lengua ayudamos a mantener la vitalidad de un órgano involucrado en acciones tan diferentes como el habla y la masticación y deglución de alimentos; y su uso,
entre otros beneficios, favorece la eliminación de los componentes que son responsables de la halitosis.
La mejor manera de limpiar la lengua no es utilizando el propio cepillo de dientes, sino un limpiador lingual, porque ayuda a eliminar más cantidad de bacterias, llegando a las zonas más lejanas de
la lengua y es más preciso que los filamentos de un cepillo y más higiénico. Su uso, además, puede ser diario, ya que resulta menos agresivo que otras técnicas o utensilios. Más aún, su forma
ergonómica favorece un raspado uniforme y altamente efectivo y se arrastran más bacterias que con otros métodos. Según datos del I Simposio Europeo de Halitosis celebrado en Madrid en marzo de 2013,
el limpiador lingual es un 75% más eficaz que un cepillo dental.
Utilizarlo de manera continuada favorece la eliminación de los millones de gérmenes presentes en la lengua ya que, conforme ha ido evolucionando el tipo de alimentación, más “blanda” en la
actualidad, no se eliminan tantas bacterias de manera natural como antes, por lo que es necesario ofrecer una ayuda extra a nuestra lengua para una mejor higiene.
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